En brazos del amado

LIBRO Autor: Rumi Título: En brazos del amado. Antología de poemas místicos 11ª reimpresión de la 1ª edición (1998) Traducción: Alfonso Colodrón Ciudad de edición: Madrid Editorial: EDAF Colección: Arca de Sabidurías, 40 Año de la publicación: 2018 ISBN: 978-84-414-0407-6

Poema 5

Jamás he cesado de nadar en los mares de la pasión, subiendo y bajando con el vaivén de las olas. Unas veces, la ola de la pasión me eleva; otras, caigo y desciendo al fondo, hasta que él me lleva, a bordo del amor, a un lugar sin ribera. Clamé entonces: «¡Oh, tú a quien

Poema 9

¡Dios mío! Ningún sol se alza ni se pone sin que tu amor fluya en mi aliento. Jamás me retiro a charlar con los amigos sin que tú sea de nuestras asambleas el motivo. Tampoco invoco tu nombre, por muy triste o jovial que esté, sin que lata tu presencia en mi corazón. Y no

Poema 35

Quietud, después silencio y por último mutismo; conocimiento, tras él pasión y tumba al final. Fango, fuego y luz; frío, sombra y después sol. Pedregal, más allá llanura y al cabo desierto; río, océano y después tierra firme. Primero embriaguez, luego sobriedad y por fin anhelo; cercanía, confluencia y al final intimidad. Estrechez, deleite y

Poema 99

La efusión amorosa, Señor, es un prodigio que solamente tú otorgas. En ti el tormento deviene dulzura; y el alejamiento, proximidad. Eres para mí como mi propio espíritu, mucho más amado incluso. Eres ojo para el ojo y corazón para el corazón. Y del amor tengo suficiente con saber que cuando tú amas, yo amo.

Poema 105

Cualquier amor que me pueda robar el corazón que no sea el tuyo, me está vedado. Tú eres para mí vino y espíritu; eres rosa y perfume. Tú eres mi gozo, mi desvelo; eres enfermedad y remedio. De deseo en deseo la vida se nos escapa, pero solo en ti hallamos la paz. —Ḥallāǧ— *Traducción

Poema 110

Estoy enfermo y débil; cúrame, pues, con tu remedio. Exhalo el último aliento de vida a bordo del bajel que surca los mares de tu gozo. Soy un prisionero; dime, entonces: ¿cuándo llegará la redención de mi pena? Porque solo así podrá mi espíritu soportar la prueba de tu menosprecio. Sé clemente con un amante

Poema 113

¡Oh, amado mío! Eres tú mi ruego; y dondequiera que yo esté me ves. Para iluminarme, tu luz refulgente me ha abierto los ojos de par en par. He realizado tu verdad plenamente en mi interior; haz conmigo, así pues, cuanto quieras, que estoy muerto por causa del amor y entre los amantes me he

Poema 115

No insinúes nada sobre nosotros, que eso que ves es solo la punta de un dedo que hemos teñido de rojo con la sangre de los amantes ardorosos. —Ḥallāǧ— *Traducción de Halil Bárcena. Tomado de: Ḥallāǧ, Dīwān, p. 337.

Poema 116

Mi compañero de tragos, mi confidente, de quien no se conoce ninguna ofensa, de su propia copa me dio a beber como un buen anfitrión hace con sus invitados. Y cuando ya las copas iban pasando, hizo traer la espada y el cuero del suplicio. Eso es lo que le pasa a quien bebe vino