Poema 2

¿Cuál es el camino por el que llegué? Yo regresaría, pues esto no me gusta.

La ausencia por un momento del sendero del Amado es ilícita de acuerdo con la doctrina de los amantes.

Sólo que en toda la ciudad hubiera alguien —por Alá, una señal sería suficiente.

¿Cómo escapará el pinzón? Pues ni siquiera el simurg es de pies ligeros en esta sólida trampa.

Corazón mío, no vengas vagando en esta dirección; siéntate ahí, pues éste es un lugar agradable.

Elige ese postre que aumenta la vida, busca ese vino con cuerpo.

El resto es todo olor, imagen y color, el resto es todo guerra, vergüenza y oprobio.

Permanece en silencio, y siéntate, pues estás borracho, y éste es el borde del tejado.

—Yalal Ud Din Rumí—

(n. Balj, Jorasán / m. 672 h. = 1273, Konya, Turquía)

*Traducción de Alberto Manzano.

Tomado de: Ŷalāl al-Dīn Rūmī, Poemas sufíes, p. 14.

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