Poema 5

Yo soy el esclavo que liberó al amo, yo soy el que enseñó al maestro.

Yo soy esa alma que nació ayer del mundo, y sin embargo erigió el viejo mundo.

Yo soy la cera cuya declaración es ésta, que fui yo quien hizo al acero acero.

Yo he pintado son surmeh a muchos ciegos, yo he enseñado a muchos sin inteligencia.

Yo soy la nube negra en la noche de dolor que alegró el día del festival.

Yo soy la asombrosa tierra que desde el fuego del amor llenó de aire el cerebro del cielo.

Con alegría aquel rey no durmió anoche, pues yo, el esclavo, le recordé.

No tengo la culpa, puesto que tú me embriagaste, si soy escandaloso y provoqué injusticia.

Silencio, pues el espejo está oxidado; cuando soplé sobre él, protestó contra mí.

—Yalal Ud Din Rumí—

(n. Balj, Jorasán / m. 672 h. = 1273, Konya, Turquía)

*Traducción de Alberto Manzano.

Tomado de: Ŷalāl al-Dīn Rūmī, Poemas sufíes, p. 16.

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