Pregunta a los poetas si saben nadar como nado yo en los mares de la poesía, zambullirse como me zambullo. Mi lengua es más hábil en zambullirse en descripciones, invectivas y poemas, que el gran pez que en el remolino del mar nada seguro entre las olas fluctuantes. Cuando se desliza serpentino, brilla su flanco, y blanquea al girar y voltear. Pececillos espían sus movimientos en lo profundo, quietos, adheridos a las lisas rocas. Los hijos del agua no tendrían vida si los sacaras del lugar de buceo.* Si la mano lo ase, se retuerce escurriéndose con un brinco fantástico. Avanza y centellea entre nítidas masas fluidas: todos los peces del mar son oscuros y resbaladizos. Es oscuro como el color del agua profunda, lo cubren escamas entrelazadas como las mallas de lisa coraza.
—Abīd ibn al-Abraṣ—
(m. c. 554 n. e. Arabia)
*Traducción de Francesco Gabrieli.
Tomado de: Francesco Gabrieli, La literatura árabe, p. 45.
Nota:
* Este verso falta en la traducción
Lectura en voz alta de (árabe): Edgar Daniel Maldonado Juárez
Recurso digital disponible en: <https://soundcloud.com/rafael-gomez-choreno/abid-ibn-al-abras-el-gran-pez-arabe>. [Última consulta: 30 de octubre de 2020.]