Acepta que haya sido la ebriedad la causa de mi zozobra. Y siendo así, ¿cómo puede la ebriedad ser el más digno de los estados? Dos son para mí tus estados: loca ebriedad y lucida sobriedad. En cuanto a mí, aquí sigo embriagándome y despertando.
—Ḥallāǧ—
*Traducción de Halil Bárcena.
Tomado de: Ḥallāǧ, Dīwān, p. 83.