Ḥallāǧ 2

Ḥusayn ibn Manṣūr al Ḥallāǧ fue ejecutado, finalmente, el 27 de marzo del año 922, 24 de ḏū-l-qa’da de 309, ente todo un gentío de detractores, curiosos, amigos, y discípulos del poeta. Sus restos mortales fueron quemados; y sus obras, prohibidas. Se escribía así una de las páginas más tristes del libro de la espiritualidad islámica. Sin embargo, el capítulo de Ḥallāǧ no se cerrará del todo. Desapareció el hombre, el emblema trágico del amor ebrio, pero nacía una leyenda: la del mártir de la incomprensión de las autoridades religiosas.

—HALIL BÁRCENA—

Tomado de: Ḥallāǧ, Dīwān, p. 25.

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