Alfarabi II

Abū Nasr Mohammad ibn Mohammad ibn Tarkhân ibn Uzalagh al-Fârâbî nació en Wasij, cerca de Farab, en Transoxiana, en 259/872, aproximadamente un año antes, por tanto, de la muerte de al-Kindî en Bagdad. De una familia de notables, su padre había ejercido un cargo militar en la corte de los Sasánidas. Pero los detalles de su biografía son poco conocidos, lo mismo que sucede con la de su predecesor, al-Kindî, cuyos pasos sigue Al-Fârâbî. Siendo todavía joven, llegó a Bagdad donde tuvo como primer preceptor a un cristiano, Yohanna ibn Haylam. Allí estudiaría lógica, gramática, filosofía, música, matemáticas y ciencias. Se deduce de sus obras que conocía el turco y el persa (¡según la leyenda, habría sido conocedor de setenta lenguas!). Progresivamente fue adquiriendo los conocimientos que le valieron el sobrenombre de Magister secundus (siendo Aristóteles el Magister primus), y el ser considerado como el primer gran filósofo musulmán. Todo indica, según una opinión corriente en Irán, que al-Fârâbî era shiíta. En efecto, en 330/941, le vemos dejando Bagdad y dirigiéndose a Alepo, donde goza de la protección de la dinastía shiíta de los hamdánidas; Sayfoddawleh Hamdânî, en particular, siempre tuvo por él una singular veneración. Esa especial pretoección shiíta no es un azar. Cobra su pleno sentido, si se tiene en cuenta todo lo que la «filosofía profética» de Fârâbî tiene en común con la que, basada en las enseñanzas de los imames del shiísmo, ha sido expuesta anteriormente (cap. II). Tras su estancia en Alepo, Fârâbî hizo todavía algunos viajes, fue hasta El Cairo, y murió en Damasco en 339/950, a la edad de ochenta años.

—HENRY CORBIN—

Tomado de: Henry Corbin, Historia de la filosofía islámica, pp. 151-152.

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