<Esto es lo que hay acerca de la percepción sensible en general>. Las cosas sensibles, como se ha dicho, pueden ser, en general, comunes o propias. Las propias son aquellas con respecto a las cuales el sentido no es pasivo, estando tan sólo en potencia cuando consigue la «species». Por eso se dice que los sensibles comunes sólo los percibe el sentido común, pues el sentido [externo] no es afectado por ellos. <Estos [sensibles comunes] únicamente pertenecen a aquella potencia [del sentido común] porque están unidos al sentido [externo], a saber: en la medida en que están en acto>. Pues la potencia, cuando está separada del sentido [externo], se convierte en el sentido común. Y sólo se separa de dicho sentido [externo] cuando se convierte en cierta cosa, y ello [acontece, cuando] se percibe una cierta cosa sensible. El sentido existe necesariamente en la sensación, como quedó claro antes. <Por eso, esta potencia puede carecer enteramente de sensibles, porque existe en el cuerpo>. El absurdo está en que exista separada, no unida al cuerpo.
—Avempace—
Pasaje tomado de: Avempace, Libro sobre el alma, cap. III [Tratado sobre las potencias sensibles], p. 70.
Poesía y filosofía árabe 