Pensamiento sobre el conocimiento

Desde Sócrates, que recorría las calles de la ciudad para sacudir la seguridad de sus conciudadanos en sus opiniones, hasta Wittgenstein, empeñado en señalar a la mosca la salida de la botella de su propio aparato conceptual, el filósofo se ha adjudicado la tarea de poner en cuestión todo supuesto, toda opinión aceptada sin discusión, toda conversación compartida, poner en cuestión, en último término, el sistema de conceptos que permite formular una pregunta con sentido. Su objeto es puramente conceptual. Por eso, si el conocimiento es una relación con hechos u objetos del mundo, la filosofía propiamente no conoce, piensa. Es un pensamiento sobre el conocimiento; un pensamiento que interroga sobre nuestra pretensión de saber.

—Luis Villoro—

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